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Paseo marítimo |
Cerca del extremo sudoriental de la isla, pero en la zona "griega", se encuentra esta ciudad cuyo nombre procede de la palabra sarcófago (larnax en griego), ya que se encontraron numerosas tumbas antiguas. Realmente su nombre original era muy distinto, pues sus fundadores, los micénicos, la habían llamado Kition y había mantenido ese nombre hasta la época bizantina. De aquí era el filósofo Zenon, fundador de la escuela estoica.
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Paseo marítimo |
Además de disponer de un importante aeropuerto internacional que trae bastante turismo, hay que reconocer que la ciudad es más interesante que Limassol, e incluso que la capital.
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Antiguos almacenes en el paseo marítimo |
Dispone de un agradable paseo marítimo, donde se encuentran algunos edificios antiguos salpicados entre otros nuevos, y una serie de restaurantes que merece la pena probar.
Al igual que en Limassol, se ve que algunos edificios tuvieron mejores días, aunque en general la ciudad es más atractiva.
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Una muestra de lo bien que se come en Chipre |
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Castillo de Larnaka |
La ciudad tiene un pequeño castillo de origen bizantino que protegía la costa de las incursiones piratas. Como fortificación no es especialmente interesante, aunque hoy día alberga un minúsculo museo y se utiliza para actividades culturales.
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Patio interior del castillo de Larnaka |
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Iglesia de San Lázaro |
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Iglesia de San Lázaro |
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Iglesia de San Lázaro |
Iglesia de San Lázaro
La mandó edificar en el siglo X, el emperador bizantino León VI El Sabio sobre la tumba de San Lázaro, aquel al que Jesús dijo "levántate y anda"... y parece que no solo anduvo, sino que debió nadar hasta Chipre donde, contra todo pronóstico, se convirtió en el primer obispo zombi de la historia. Sin embargo los efectos de la resurrección tenían fecha de caducidad, y Lázaro acabó muriendo por segunda vez, esta ya definitiva.
Además de un magnífico iconostasio, lo más curioso es un gran cofre de plata que conserva unos pocos huesos del santo. El resto de los restos se los llevó León VI a Constantinopla en pago a su generosa donación, donde permanecieron hasta que los cruzados los robaron. Parece ser que hoy día se encuentran en Marsella. Seguro que Lázaro nunca se imaginó una muerte tan ajetreada.
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Reliquias de San Lázaro |
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