Viaje a Roma - El Foro

Plano general del Foro (Huelsen, 1909)

La palabra forum significa simplemente "plaza del mercado"; aunque la actividad desarrollada en él podía no limitarse a la comercial, sino a cualquier actividad de orden público, desde la religiosa hasta la prostitución. El que hoy día denominamos con esa palabra, fue el primero de la Ciudad Eterna, pero desde luego no el único, ya que a medida que la población se multiplicaba, a pesar de las constantes remodelaciones, esta plaza se quedaba pequeña. Poco a poco las actividades comerciales principales se fueron desviando a otros foros repartidos por Roma, y denominados según su actividad: Forum Boarium (mercado de ganado), Forum Holitorium (mercado de verduras), Forum Cuppedinis (mercado de artículos diversos), Forum Piscarium (pescaderías),etc; hasta un total de 17 foros.

El Foro se encuentra ubicado en una depresión entre las colinas Palatina y Capitolina, en lo que originalmente eran unas ciénagas; hasta que el legendario rey etrusco Tarquinio Prisco hizo construir la Cloaca Maxima, que permitió su drenaje.

Poco a poco el lugar fue creciendo en edificios; pero hasta Julio César no hubo una planificación arquitectónica de conjunto.

Reconstrucción de la sección sudeste del Foro (Lanciani, 1910)

Vía Sacra

La Vía Sacra era el sendero que corría entre el promontorio de Velia hasta la colina del Capitolio, constituyendo la calle principal de la antigua Roma. Con el tiempo se convirtió en la ruta oficial de las celebraciones de los generales victoriosos y de los festivales religiosos.

La Curia

Curia (Huelsen, 1909)

 La Curia
Era el edificio donde se realizaban las asambleas del Senado. La que se ve actualmente fue edificada por Diocleciano, ya que la original, que erigiera Tulio Hostilio, tercer rey de Roma, sufrió diversos incendios, siendo reedificada y trasladada de lugar en múltiples ocasiones. Finalmente se convirtió en iglesia cristiana, lo que la libró de ser demolida.

Templo de Vespasiano y Tito

El Templo de Vespasiano fue comenzado por su hijo Tito, completado por Domiciano y restaurado por Severo entre los años 79 y 87. Estas tres tristes columnas corintias es cuanto queda de él.

Templo de Antonino Pio y Faustina

Templo de Antonino y Faustina. Dedicado inicialmente a Faustina por su enamorado marido, el emperador Antonino Pio, en el año 141, recibió su nombre completo por decisión del Senado tras la muerte de este. Sendas dedicatorias en el arquitrabe lo recuerdan. De estilo corintio, conserva su friso de grifos y guirnaldas original. Su posterior conversión en iglesia lo salvó de que sus columnas, de mármol cipollino, pasaran a cualquier nuevo edificio producto del inagotable entusiasmo constructivo de los Papas; aunque las placas de mármol que lo recubrían sí desaparecieron.

La Basílica Julia (Huelsen, 1909)

Basílica Julia. Comenzada a construir por el divino César en el año 54 a.C., con parte del botín de la Guerra de las Galias, y terminada por Augusto, sufrió diversos incendios y restauraciones, de modo que, actualmente, es necesaria no poca imaginación para hacerse una idea de lo que era. Se trataba de un gran edificio que albergaba los tribunales civiles, oficinas gubernamentales, tiendas y un banco; siendo uno de los lugares favoritos de encuentro de los ciudadanos.

Basílica Julia a la derecha. Las tres columnas de detrás es el templo de Cástor

Templo de Cástor (Huelsen, 1909)

Cuenta Plutarco en la biografía de Coriolano que tras una batalla contra los etruscos, se aparecieron en Roma dos apuestos jóvenes dando noticia de la victoria y desapareciendo después. Los supersticiosos romanos sacaron la conclusión de que ambos jóvenes eran los Dióscuros; por lo que en el lugar donde abrevaron sus caballos, edificaron un edificio en su honor, el templo de Cástor y Pólux. Estos dos personajes eran dos famosos héroes griegos mellizos, y hermanos de Helena de Troya. Se les llamaba Dióscuros por ser hijos de Zeus. Su fiesta se celebraba el 15 de Julio.

Templo de Saturno

El Templo de Saturno. Este edificio remplazó en el año 497 a.C. a un antiguo altar dedicado a Saturno. De estilo jónico, el templo contenía el llamado aerarium saturni, el tesoro del Estado.
A Saturno, dios de la agricultura, se dedicaba una de las fiestas más populares de Roma, las Saturnales, que se celebraba durante el solsticio de invierno. Durante estas se subvertía el orden de las cosas: los esclavos recibían raciones extras y se les liberaba de sus obligaciones, los esclavos mandaban a sus amos y éstos les servían la mesa; días durante los cuales el esclavo procuraría no abusar, ya que luego los papeles respectivos volvían a la normalidad. Era común el intercambio de regalos, como figuritas de cerámica o cera y juguetes para los niños, los banquetes y las celebraciones. La fiesta comenzaba con un sacrificio en el templo de Saturno el día 17 de Diciembre, ya que había sido el día de su consagración,  y se celebraba un gran banquete público. La estatua de saturno solía estar atada simbólicamente por fibras de lana, y durante las fiestas se le liberaba de ellas. No se trabajaba, se cerraban las escuelas y los tribunales, y no podía declararse la guerra. El número de días que duraba la fiesta fue cambiando a lo largo de la historia.
Con la llegada del cristianismo, ante la dificultad de eliminar esta fiesta pagana tan popular, acabó siendo sustituida por la Navidad.
Pero Saturno también había tenido un reverso siniestro, y es que devoraba a sus hijos. Esto también se reflejó en la religión cristiana a través de la Matanza de los Inocentes.

Casa de las sacerdotisas de Vesta

Estado actual del templo de Vesta

El Témenos o recinto sagrado de Vesta, abarcaba el Templo de Vesta, la casa de las vestales, el bosque sagrado, y la llamada Domus Publica, o casa del Pontifex Maximus.

El bosque sagrado acabó desapareciendo bajo los edificios. 

En cuanto a la Domus Publica, también desapareció cuando los emperadores adoptaron dicho título, el cargo religioso más importante de Roma y precedente del papado, como parte de su oficio, ya que ellos vivían en sus palacios.

De planta circular y orden corintio, el templo de Vesta era de los más antiguos de Roma. En él se cuidaba el fuego sagrado en honor a la diosa Vesta, protectora de Roma y del hogar, que era mantenido por las sacerdotisas para que no se apagara. Si por descuido esto ocurría, la responsable era severamente castigada. 

Templo de Vesta (Huelsen 1909)

La orden de estas sacerdotisas tenía unas condiciones muy particulares. Debiendo ser de padres conocidos, eran seleccionadas antes de llegar a la adolescencia, siendo separadas de sus familias para pasar bajo la tutela de la Orden. Su servicio duraba 30 años, durante el cual debían mantenerse vírgenes so pena de muerte. Sin embargo, disfrutaban de ciertos privilegios poco comunes para las mujeres de la época, pudiendo administrar sus bienes y testar sin autorización de sus padres. Eran tremendamente respetadas. Al finalizar su consagración, podían casarse y llevar una vida civil normal, aunque la mayoría de ellas escogían permanecer en la orden, porque era lo único que habían conocido desde su infancia.

El techo del templo habría tenido un agujero en el centro para dejar pasar el humo del hogar en honor a la diosa.

Puerta del templo de Rómulo

El templo de Rómulo fue erigido en el año 307 por el emperador Majencio en honor a su hijo Rómulo, muerto cuando todavía era un niño. El edificio es de planta circular; y aunque conserva las puertas de bronce originales, estas perdieron sus apliques decorativos de rosetas y estrellas. Curiosamente, la cerradura de la puerta sigue en uso, a pesar de tener más de 1700 años. Durante el siglo VI pasó a convertirse en el atrio de la iglesia de San Cosme y San Damián.

Templo de Venus y Roma

El templo de Venus y Roma, de principios del siglo II, fue dedicado por el emperador Adriano a estas dos diosas, por lo que disponía de doble pórtico. Era el templo más grande de Roma, aunque su estado actual no permite imaginar su magnificencia.

Reconstrucción ideal del Templo de Venus y Roma (Huelsen, 1909)

Arco de Tito

El Arco del Triunfo de Tito, fue erigido en conmemoración del final de las guerras judías, cuando este emperador destruyó el Templo de Jerusalén. Se sabe que fue terminado tras su muerte, ya que en él se le llama divus (divino), título que solo adquiría un emperador cuando abandonaba este mundo.


No se conoce muy bien el origen de la costumbre de erigir arcos para conmemorar victorias militares. Se sabe que comenzó durante la república romana, y que los primeros eran estructuras de madera. Probablemente tengan relación con la religión, ya que los generales tenían prohibido entrar con su cargo militar dentro del pomerium, el espacio sagrado que ocupaba la ciudad; cuando era una estructura perecedera y rápida de construir, el arco podría haber servido para purificar al general y a los soldados durante la celebración del desfile. Posteriormente, los emperadores los convertirían en propaganda oficial en piedra, perdiendo su sentido religioso. De los 36 arcos que llegó a haber en Roma, solo quedan 5.

Este relieve del interior del arco de Tito es la famosa escena de los legionarios con el botín saqueado del Templo de Jerusalén, incluyendo el candelabro de siete brazos

El Arco de Septimio Severo, edificado en el año 203, conmemoraba las victorias parciales de este emperador sobre los partos, que le valieron los títulos de Arabicus Adiabenicus Parthicus Maximus. Los bajorrelieves representan a legionarios romanos conduciendo prisioneros partos encadenados que, si nos creyéramos la propaganda de la época, habrían sido 100.000 en dos campañas. Aunque Partia (actual Irán) seguiría siendo el eterno enemigo de Roma.

Arco de Septimio Severo

Basílica de Majencio y Constantino (Huelsen, 1909)

Basílica de Majencio y Constantino. Comenzada por el primero y terminada por el segundo en el siglo IV. Disponía de tres enormes naves para el comercio y la administración de justicia; siendo la nave central más alta que las laterales para la apertura de ventanas. Este modelo arquitectónico fue adoptado por la Iglesia cristiana para sus templos; y este edificio en concreto influyó en muchos arquitectos renacentistas.

Basílica de Majencio y Constantino

Columna de Phocas

La columna de Phocas, hecha en mármol, con un capitel corintio, es el último monumento que se erigió en el foro en el año 608, en honor al emperador bizantino Phocas. Phocas fue uno de esos emperadores de baja cuna que de oficial militar (centurión), consiguió el cargo más importante del Estado por obra y gracia de un cuchillo clavado en la espalda oportuna. Lo único bueno que hizo fue regalar el Panteón de Agripa al Papa Bonifacio IV, lo que salvó dicho edificio del abandono y la ruina. En el año 610, Phocas fue destronado, torturado y "divinizado". Su popularidad se refleja en la descripción que sus coetáneos hicieron de él, pintándolo como horrendo, deforme, repulsivo y cruel.

De izquierda a derecha: el templo de Saturno, la columna de Phocas, el templo de Vespasiano y el arco de Severo. El edificio del fondo con tres arcos y ventanas en la parte alta que sirve de escenario, es el Tabulario

El Tabulario era un archivo de documentos como leyes y actas oficiales escritas en placas (tabulae) de bronce. Se edificó en el siglo I a.C. casi como una fortaleza para proteger sus escritos principalmente de los incendios. En épocas posteriores, este inmueble recibió otros usos; desde almacén hasta prisión.

Hay otros puntos interesantes en el foro, pero no los incluyo por no disponer de fotografías propias.

Los dibujos están extraídos de los siguientes libros:
CH. HUELSEN. The Roman Forum. Its history and its monuments. 1909
RODOLFO LANCIANI. The Roman Forum. A photographic description of its monuments. 1910

Viaje a Roma - El Ara Pacis Augustae

Aunque es ignorado por la mayoría de turistas que visitan Roma durante pocos días, el Ara Pacis o Altar de la Paz, es la obra de arte más significativa de una de las épocas más sobresalientes de la historia de Roma: el gobierno del emperador Augusto y el comienzo de la Pax Romana.

El monumento celebraba el regreso del princeps tras someter los últimos reductos independientes de Hispania y Galia en el siglo I a.C., y se erigió junto a una de las vías que se adentraba en la ciudad; siendo en 1.938 traspasado a un pabellón junto al mausoleo de Augusto.

Se trata de un recinto rectangular con dos puertas y sobre un pedestal dentro del cual se encuentra el altar propiamente dicho, y en el que se realizaba un sacrificio anual.

Lo más sobresaliente son los relieves; alegorías realizadas en el mejor estilo de la época, que "ofrece el conjunto más importante no solo del arte escultórico augústeo, sino de todo  el arte escultórico romano en general." (A. García y Bellido. Arte Romano)..

La parte inferior es una decoración vegetal, mientras la superior son diversas escenas  .

Tellus entre el aire y el agua

Los relieves junto a las puertas son alegorías; el mejor conservado es el de Tellus entre el aire y el agua. Tellus era la diosa Tierra romana, y asociada al aire (sentada sobre un ave) y al agua (sentada sobre un monstruo marino), simboliza la fertilidad; idea reforzada por las imágenes de plantas y animales. Seguramente los dos niños sobre su regazo representen a Rómulo y Remo, por lo que la idea general era la prosperidad que traía a Roma la pacificación de las provincias.

Eneas sacrificando

El relieve de Eneas y la cerda de Laurentio probablemente hace referencia a un fragmento de la Eneida de Virgilio, en que el progenitor de Roma tiene un sueño profético donde se le indica que debe establecerse allí donde encuentre una cerda blanca con treinta lechones. Como siempre, la pobre cerda y sus crías acabaron en la barbacoa mientras Ascanio, hijo de Eneas, fundaba la ciudad de Alba Longa en su lugar. 

Procesión de personajes de la familia imperial

Los relieves laterales son una procesión religiosa que probablemente tuvo lugar en el año 13 a.C., que constituyen un auténtico retrato de grupo, ya que son personajes que cualquier romano de su época hubiera podido reconocer.

Remate de uno de los lados

El Ara Pacis se encuentra junto al Tiber, en la Via di Ripetta.

Viaje a Italia - Florencia (El Duomo)

La catedral de Santa Maria dei Fiore es el edificio más emblemático de Florencia.

Mientras la antigua catedral se había quedado pequeña y se encontraba en estado semiruinoso, en Siena y Pisa se estaban construyendo nuevos y flamantes edificios; por lo que la ciudad se lanzó a una competición de prestigio derribando la antigua y edificando una nueva, más grande y en el moderno estilo gótico/renacentista.

Encargada a Arnolfo di Cambio en 1.296, como sucede con este tipo de edificios, sus distintas partes fueron pasando de mano en mano hasta poder considerarse terminada a mediados del siglo XV, aunque posteriormente seguiría sufriendo algunas modificaciones.

Arnolfo di Cambio (o Arnolfo di Lapo, como le llama Vasari en su libro Vida de los setenta pintores, escultores y arquitectos más eminentes) había sido escogido para esta misión porque anteriormente había construido otros edificios en la ciudad, y habían quedado tan contentos con el resultado que le nombraron ciudadano honorario.

Fachada principal del Duomo

La iglesia fue diseñada con planta de tres naves, de las cuales la central ya cubría sobradamente lo que era la superficie de la antigua catedral de Santa Reparata, mártir y antigua patrona de Florencia, y cuya escultura puede verse a la izquierda de la puerta principal de la fachada. El nombre de la catedral no fue cambiado a Santa María de la Flor hasta el año 1.412, más de cien años después de la muerte de su primer arquitecto.

Arnolfo tenía en mente un edificio de tal grandeza, que invirtió mucho tiempo en crearle unos cimientos a su medida; no solo colocando grandes piedras en ellos, sino también excavando una serie de pozos subterráneos a intervalos regulares que disiparan los gases del interior de la tierra para evitar los terremotos; aunque esto último podría ser una leyenda posterior.

La elección de los materiales tampoco fue casual, ya que en el exterior se utilizaron tres tipos de mármoles: el blanco de Carrara, el verde de Prato y el rojo de Siena; alegoría de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad respectivamente.

Tras la muerte de Arnolfo en 1.302 los trabajos llegaron a suspenderse; hasta que unos treinta años después el gremio de los mercaderes de lana patrocinó su continuación, nombrando maestro de obras al renombrado Giotto, con la ayuda de Andrea Pisano. Entre ambos artistas construyeron el campanario, desde donde pueden sacarse unas fotos fantásticas, aunque este también hubo de interrumpirse por culpa de una epidemia: la peste negra.

Tras varios arquitectos que continuaron el proyecto, solo quedó pendiente la cúpula.

Había una cúpula provisional de madera, y se celebró un concurso para juzgar el mejor proyecto, ya que el espacio a cubrir era enorme y suponía un desafío completamente nuevo. Como hoy sabemos, ganó Filippo Brunelleschi, con un proyecto de doble cúpula; una interior más pequeña que sostendría a una exterior más grandiosa, ambas perfectamente adaptadas a sus respectivos espacios.

Brunelleschi tuvo que diseñar las máquinas y las técnicas para su construcción, en la que invirtió 16 años, terminándola en 1.436 (aunque la linterna se finalizaría años más tarde).

El interior de la cúpula fue pintada con una representación del Juicio Final.

Curiosamente, la fachada no adquirió su aspecto actual hasta 1.887, lo que se hizo en estilo neogótico respetando la armonía general.

El baptisterio bajo una intensa nevada.
Posiblemente la única manera de ver las Puertas del Paraíso sin turistas

Puertas del Paraíso

El baptisterio, dedicado a San Juan Bautista, es un edificio exento. Parece ser que fue construido sobre los restos de una torre romana de vigilancia para aprovechar sus cimientos. Su parte más famosa es su puerta Este, diseñada por Lorenzo Ghiberti, y a la que el famoso Miguel Angel llamó Las Puertas del Paraíso.

El techo tiene en su interior un fantástico mosaico de influencia bizantina con diversas escenas de la Biblia.

Interior del techo del baptisterio

Viaje a Italia - Florencia

Piazza della Signoria

En Florencia, el poder civil se encontraba en un lugar apartado del poder religioso, en concreto en la Plaza de la Señoría, centro de la vida social y política. De cierta importancia ya en época romana, su forma actual comenzó a adquirirla en el siglo XIII.

Palazzo Vecchio

Uno de sus usos era como escenario para las ejecuciones públicas, de las que la más famosa fue la del monje Savonarola; personaje imbuido de un pensamiento fanático que rozaba lo siniestro. 

Girolamo Savonarola predicaba en contra de la riqueza y la depravación, aspectos en los que acertaba plenamente, ya que muchos de los altos cargos de la Iglesia de la época estaban entregados a un verdadero festival de corrupción. Este personaje llegó a organizar lo que se llamó la Hoguera de las vanidades; una hoguera donde se quemaron en público, en el año 1.497, miles de objetos asociados a la vacua vanidad, como espejos, perfumes, vestidos, instrumentos de música...; el problema es que también se quemaron libros incunables y obras de arte irrecuperables. Como decía fray Guillermo en El Nombre de la Rosa, "confundieron el amor a la pobreza con la ciega destrucción de la riqueza"; por lo cual Savonarola acabó, por ironía del destino, en otra hoguera en esta plaza.

Patio de Michelozzo, que da acceso al palacio

Sala de los mapas

El edificio más llamativo de la plaza es, sin duda, el Palacio Viejo, sede del gobierno de la república y fortaleza del poder de los Medici. 

Iniciada su construcción en 1.299 siguiendo el modelo de fortaleza medieval, alberga un verdadero museo, tanto en decoración como en muebles.

La fachada presenta algunos elementos muy típicos de la arquitectura italiana de la época, como la llamada Torre de Arnolfo, utilizada tanto de prisión como para controlar la ciudad, o los escudos, emblemas con diversos significados.

En el interior, nos encontramos con salas tan interesantes como la que nos muestra la cartografía del siglo XVI, elemento imprescindible para la estrategia comercial de la época.

Sala del Cinquecento

El Salón de Cinquecento, agrandado y decorado por el artista Giorgio Vasari, y dedicado a las recepciones, se encuentra en la primera planta.

Los techos están extraordinariamente decorados

Hermosos bargueños visten algunas estancias