Piazza della Signoria |
En Florencia, el poder civil se encontraba en un lugar apartado del poder religioso, en concreto en la Plaza de la Señoría, centro de la vida social y política. De cierta importancia ya en época romana, su forma actual comenzó a adquirirla en el siglo XIII.
Palazzo Vecchio |
Uno de sus usos era como escenario para las ejecuciones públicas, de las que la más famosa fue la del monje Savonarola; personaje imbuido de un pensamiento fanático que rozaba lo siniestro.
Girolamo Savonarola predicaba en contra de la riqueza y la depravación, aspectos en los que acertaba plenamente, ya que muchos de los altos cargos de la Iglesia de la época estaban entregados a un verdadero festival de corrupción. Este personaje llegó a organizar lo que se llamó la Hoguera de las vanidades; una hoguera donde se quemaron en público, en el año 1.497, miles de objetos asociados a la vacua vanidad, como espejos, perfumes, vestidos, instrumentos de música...; el problema es que también se quemaron libros incunables y obras de arte irrecuperables. Como decía fray Guillermo en El Nombre de la Rosa, "confundieron el amor a la pobreza con la ciega destrucción de la riqueza"; por lo cual Savonarola acabó, por ironía del destino, en otra hoguera en esta plaza.
Patio de Michelozzo, que da acceso al palacio |
Sala de los mapas |
El edificio más llamativo de la plaza es, sin duda, el Palacio Viejo, sede del gobierno de la república y fortaleza del poder de los Medici.
Iniciada su construcción en 1.299 siguiendo el modelo de fortaleza medieval, alberga un verdadero museo, tanto en decoración como en muebles.
La fachada presenta algunos elementos muy típicos de la arquitectura italiana de la época, como la llamada Torre de Arnolfo, utilizada tanto de prisión como para controlar la ciudad, o los escudos, emblemas con diversos significados.
En el interior, nos encontramos con salas tan interesantes como la que nos muestra la cartografía del siglo XVI, elemento imprescindible para la estrategia comercial de la época.
Sala del Cinquecento |
El Salón de Cinquecento, agrandado y decorado por el artista Giorgio Vasari, y dedicado a las recepciones, se encuentra en la primera planta.
Los techos están extraordinariamente decorados |
Hermosos bargueños visten algunas estancias |
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