La mitad occidental de la isla de Chipre se encuentra dominada por un gran macizo montañoso llamado Cordillera de Troodos. Cubierta de amplios bosques mediterráneos, con algunas especies endémicas como el cedro de Chipre, además de recursos económicos como el cobre, ha proporcionado al país sus principales ríos y un clima mucho más tolerable durante su caluroso estío. Su mayor altitud es el Monte Olimpo, con cerca de 2.000 metros sobre el nivel del mar.
Estas elevaciones han propiciado una población dispersa entre sus valles y laderas. Durante la era cristiana, en sus pequeños pueblos comenzaron a edificarse iglesias. Estas iglesias son muy curiosas, ya que por fuera más parecen establos o viviendas normales, Sin embargo en su interior se han ido adornando con coloridas pinturas de estilo bizantino.
Hay decenas de estas diminutas iglesias repartidas por sus pueblos; la mayoría con una cubierta asimétrica a dos aguas.
Entre ellas, hay diez que están declaradas Patrimonio de la Humanidad. Verlas todas en un solo día creo que es tarea imposible por dos factores: su dispersión por toda la cordillera, y que para ver algunas hay que localizar a la persona que tiene la llave, lo cual no es siempre fácil.
Todas las guías (al menos las que yo consulté) recomiendan visitar el Monasterio de Kykkos por ser el más importante. Personalmente recomiendo dejarlo para el final (y si no da tiempo tampoco pasa nada), ya que fue destruido y lo que podemos ver actualmente es moderno. Sin embargo, el resto de iglesias son originales, y tienen ese sabor inimitable de lo antiguo.
Por desgracia, nosotros invertimos mucho tiempo en ver Kykkos, por lo que luego solo pudimos visitar tres iglesias más (y una solo por fuera).
Si se tiene tiempo, merece la pena dedicarle más de un día a esta zona; tanto por sus iglesias como por sus pueblos y paisajes; aunque recomiendo que no se pague para ver ninguna cascada (aunque sea la más alta de la isla).
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Exterior de la Iglesia del Arcángel San Miguel |
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El arcángel San Miguel |
Iglesia del Arcángel San Miguel
Según las inscripciones, esta iglesia fue fundada en 1474 gracias a las donaciones de un sacerdote llamado Vassilios Chamados. Los frescos de su interior son de los pocos que están firmados por el artista que los realizó.
El pintor, de nombre Minas, aunque seguía el estilo bizantino, utilizó algunos detalles de tipo occidental, como los uniformes de los soldados.
Entre las representaciones se encuentran escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento.
Suele estar abierta, ya que el ama de llaves vive en frente.
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Interior de la Iglesia del Arcángel San Miguel |
Iglesia de Panagia
Fue fundada en 1280. A pesar de lo pequeña que es, tiene un nártex (vestíbulo) en forma de L y un ábside en su cabecera. El nártex fue probablemente un añadido del siglo XVI.
Desgraciadamente no pudimos ver los frescos de su interior por encontrarse cerrada.
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Exterior de la iglesia de Panagia |
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Monasterio de Agios Ioannis Lambadistis |
Monasterio de Agios Ioannis Lambadistis
Su iglesia principal (siglo XI) está dedicada al primer obispo de Chipre, Agios Irakleidios; otra capilla (siglo XII) a Agios Ioannis Lambadistis; mientras que con una tercera (del siglo XV) el conjunto se convirtió en un monasterio, para lo cual se añadieron dos alas para las celdas de los monjes.
La mayoría de los frescos de la iglesia principal datan del siglo XIII
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Patio del monasterio |
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Puente veneciano junto al monasterio de Agios Ioannis |
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Puerta principal del monasterio de Kykkos |
Monasterio de Kykkos
Fue fundado a finales del siglo XI por el emperador bizantino Alejo I Comneno con la intención de albergar un icono de la Virgen de la Misericordia que la tradición atribuye a San Lucas, salvado milagrosamente en numerosas ocasiones a la largo de la historia.
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Primer patio del monasterio de Kykkos |
Nada queda de su primitiva construcción, pues se incendió en diversas ocasiones; sin embargo hoy es el mayor y más importante monasterio ortodoxo de todo Chipre. Enclavado en un paraje de pinos en una ladera de las montañas de Troodos, el monasterio encierra dos patios, edificios para los monjes, una iglesia y un museo con valiosos tesoros.
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Iglesia del monasterio de Kykkos |