La ciudad de Pafos se encuentra en la esquina sudoccidental de la isla. Está bien comunicada y vive básicamente del turismo.
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Antiguo puerto de Pafos |
El pequeño puerto de Pafos conserva la estructura del puerto medieval. Es un lugar agradable para pasear, con varios restaurantes y un antiguo almacén que se utiliza como mercadillo.
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Torre Lusignan |
El pequeño castillo de Pafos es una torre de época Lusignan que formaba parte del sistema defensivo del puerto. Originalmente había dos torres unidas mediante una muralla de las primeras fortificaciones bizantinas. Fueron destruidas por un terremoto y terminadas de demoler por los venecianos para procurar que los otomanos no pudieran utilizarlas tras su conquista. Los otomanos restauraron una de ellas en 1592, que es la que puede visitarse.
La visita cuesta 2,5 €, y NO merece la pena, ya que en su interior no hay nada. Además, al ser tan baja, tampoco se gana mucha altura para sacar fotos del puerto.
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Tumba 3 |
Al norte, no lejos de Kato Pafos, se encuentra una antigua necrópolis llamada Tafoi ton Basileon o Tumbas de los Reyes. Se trata de un amplio conjunto de panteones excavados durante la época helenística que, a pesar de su nombre, no albergaron a ningún rey. Se las llamó así por su magnificencia, aunque eran las tumbas de los ciudadanos ricos y los dirigentes de la época Ptolemaica.
El conjunto cubre una superficie de unos 200.000 metros cuadrados, aprovechando una cantera de calcarenita que sirvió para edificar la ciudad.
Las tumbas imitan la estructura de las viviendas de la época: un dromos o vestíbulo escalonado que desciende hacia un atrio o patio central con su peripatio columnado, y que da paso a una serie de habitaciones o cámaras sepulcrales con diversos loculi o enterramientos individuales. Las paredes estaban enyesadas y cubiertas con frescos que, desgraciadamente, no se han conservado. Este tipo de sepulcro también puede verse en Alejandría de Egipto, la capital de los Ptolomeos. Muchas de las tumbas se siguieron reutilizando en época romana.
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Tumba 8 |
"¡Y cuánto no creció mi admiración al ver debajo de tierra la imagen de una ciudad socavada en la roca!.... Algunos de dichos edificios tienen la apariencia de un palacio con sus patios, galerías, columnas, pilastras y todo el esmero y lujo arquitectónico imaginable..."
Viajes de Ali Bey
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