Khiva
Khiva se encuentra al suroeste del país, muy cerca de la
frontera con Turkmenistán, entre el desierto de Karakum y el río Amu Daria, en
el oasis de Khorezm.
La ciudad nació como un puesto comercial fortificado de la
ruta de la seda. A partir del siglo XVI se convirtió en un gran mercado de
esclavos, el mayor de Asia central, que estuvo funcionando hasta finales del siglo XIX.
La ciudad antigua se encuentra completamente amurallada por
muros de adobe, y dispone de cuatro puertas de entrada, una en cada punto
cardinal.
Gracias a la prosperidad que le confirió el comercio de esclavos, pudo
desarrollar una amplia red de madrasas (escuelas) y mezquitas.
Murallas de Khiva |
Las murallas de la ciudad sirvieron para proteger su prosperidad de los ataques de las tribus del desierto. Cuando visité esta población en los años ochenta, todavía bajo la Unión Soviética, estaban en mucho peor estado. Con la independencia, se han dedicado grandes esfuerzos por reconstruir la riqueza cultural del país, y ahora resulta apasionante pasear por ella, te sientes como en un cuento de las Mil y Una Noches.
Murallas de Khiva |
Puerta del Padre – Es la puerta Oeste de la
ciudad. En la foto, al fondo a la derecha, puede verse el minarete Kalta Minor. Por la noche
todas las puertas eran cerradas y puestas bajo vigilancia, impidiendo que nadie
de los suburbios entrara en la ciudad interior.
Puerta del Padre en el muro occidental |
Puerta de los Esclavos - Es la puerta oriental.
Como su nombre indica, por aquí entraban las caravanas de esclavos, y en su galería se
les “alojaba” en espera de ser vendidos.
Puerta de los Esclavos |
Puerta de Piedra – Es la puerta Sur. Tras un
estrecho oasis, daba paso al gran desierto de Karakum. Esta puerta se abría
para las caravanas procedentes del mar Caspio. A pesar de su nombre está hecha
de ladrillos.
Vista general desde la fortaleza del gobernador |
Niñas uzbekas |
Es impresionante la mezcla de
razas que hay en el país; desde los blancos y rubios de origen ruso hasta los
de tipo mongol de ojos tan rasgados que parecen casi inexistentes.
Cociendo pan |
Por diversos rincones de la ciudad pueden verse mujeres cociendo pan en hornos de adobe al modo tradicional. Como combustible se utiliza madera de algodón.
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