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martes, 28 de mayo de 2013

Viaje a India 2013 - Jaipur

India - Jaipur
Palacio de verano
Jaipur es llamada La Ciudad Roja por el color de la arenisca con que está construida. Fue comenzada a edificar en 1.727 según unos preceptos hindúes de arquitectura que recomendaban fragmentar el área en cuadrados, como un damero, para facilitar la distribución correcta del espacio entre las castas y los gremios. De este modo, la ciudad fue dividida en nueve padas (partes) por dos calles que se extendían de Este a Oeste y otras dos en sentido Norte-Sur. Las restantes calles se trazaron en ángulo recto respecto a estas. Este estilo urbanístico utilizado también por griegos y romanos (sistema hipodámico), aunque por distintos motivos, da una sensación de orden y salubridad (el viento se lleva mejor los malos olores en las calles rectas); pero no hay nada como darse un paseo por las calles de Jaipur para darse cuenta de que esto es solo apariencia en un papel...



¿Es un atasco?, ni mucho menos, ahí caben ocho motos más
Jaipur es ruidosa, sucia y caótica; pero no en el sentido en que los europeos estamos acostumbrados. En la India estos conceptos alcanzan una dimensión mucho más metafísica, por que hay más ruido, más suciedad y más caos del que podamos imaginar antes de oírlo, olerlo y verlo en persona. Los vehículos se supone que circulan por la izquierda, pero esto es solo una teoría; cualquier hueco por estrecho que sea, es susceptible de ser ocupado por cualquier vehículo a la carrera, independientemente de que aparezcan otros cuatro vehículos que hayan pensado lo mismo y también se hayan lanzado a una velocidad aleatoriamente acelerada... el caso es que al final, no sabes como, han pasado los cinco, tres carritos, dos tuc-tuc y una vaca por un espacio por el que tú habrías tenido que pasar de perfil. No me extraña que la India de tan buenos físicos, la teoría del caos la viven en la práctica a diario desde pequeños.

India - Jaipur

En la India puede verse una variedad de vehículos a la que no estamos acostumbrados. Por supuesto encontramos coches de procedencia coreana, bonitos y cuidados,  pero también los hay de fabricación india con los que sus dueños no tienen muchas contemplaciones; sus numerosas abolladuras demuestran que no todos sus intentos de adelantamiento se han visto coronados por el éxito o lo han hecho a duras penas; salvo que sea una moda tunear los coches a golpe de martillo.

India - Jaipur
Un tuc-tuc esperando clientes

También están los tuc-tuc, esos carritos motorizados de los que se ven a millares, y en los que cualquier conductor que se precie podrá embutir un regimiento de pasajeros aunque asomen piernas, brazos o cabezas por cualquiera de las puertas; miembros que tendrán que encoger sus propietarios si no los quieren perder en cualquier adelantamiento. Y es que en la India la Guardia Civil no existe. Cualquier guardia de circulación que puedas ver, si tienes suerte, estará más preocupado por su móvil y por llegar a casa entero que por rellenar un boletín de multas que no le duraría ni cinco minutos. Ni siquiera se si la India tiene código de circulación, lo considerarán como al alma, que algunos dicen que existe pero nadie la ha visto.

India - Jaipur
Los Rickshaw
Los rickshaw también se ven a millares; ya sea para transporte de personas o de mercancías. No solo son el sustento de sus conductores; por lo que he podido ver también es su casa y su cocina. En ellos duermen, adoptando posturas que a mi me dejarían con contracturas múltiples durante semanas, y en ellos comen. Sus conductores no parecen especialmente fuertes, e incluso se ven algunos que dudas que puedan desplazar su propio peso. Sin embargo, ponen en marcha el triciclo con la carga más pesada imaginable y procuran mantener la velocidad metiéndose por cualquier hueco para no perder la inercia.

India - Jaipur

En India también hay cientos de motos y bicicletas por metro cuadrado, lo que completa el desafío que supone andar por la calle o cruzar una sin que algo te atropelle. Por lo que he podido observar, los indios no cruzan corriendo, sino que lo hacen lentamente para convertirse en obstáculos móviles predecibles por los conductores, de modo que estos puedan soslayarlos. Por esta razón, los turistas europeos y americanos suponen un peligro, ya que los muy ingenuos suelen mirar hacia la derecha, que es por donde suponen que vendrán los vehículos, y saldrán corriendo para evitarlos, cuando la lógica es totalmente inversa, que los vehículos te eviten a ti porque pueden venir de cualquiera de los cuatro puntos cardinales.

India - Jaipur
Todo este caos se encuentra aderezado con el permanente sonido de los claxon, que parece un concurso por ver quien lo toca más seguido. Como hay muchos vehículos que no tienen retrovisores, supongo que es una manera de avisar que ¡ahí voy!.
Realmente estas reflexiones sobre el tráfico pueden aplicarse a cualquier ciudad de la India, pero como en Jaipur fue donde lo viví a pie de calle por primera vez, lo escribo aquí. Y es que pasear por alguna ciudad india es como meterse en un campo de asteroides donde no sabes por donde te va venir el siguiente pedrusco; aunque al menos estos pitan.

India - Jaipur

Otro tema inevitable y recurrente es el de las vacas en las ciudades. Antes de visitar la India pensaba que vería alguna de vez en cuando; que las fotos y documentales te mostraban excepciones curiosas de una tradición semiolvidada... no he visto más vacas ni en Suiza. Ves vacas por todas partes: en la acera, en la mediana, en los parques, en medio de la calle, en medio de la carretera, en las rotondas, etc. Parecen ser simplemente otro obstáculo a evitar; el problema es que este va dejando sus detritus por donde pasa, por lo que pasear por la calle supone también mirar hacia el suelo para evitar pisar lo que luego te costaría limpiar de los zapatos. Yo comprendo que respeten mucho a las vacas, y que consideren que las vacas son la madre de la India; pero ¿es que sería menos respetuoso estabularlas?. Además de un peligro para los conductores, son antihigiénicas. Un país con esa mentalidad es imposible que prospere, salvo que prosperar se considere simplemente ganar dinero. Cambiar esa mentalidad no debería ser tan difícil; al fin y al cabo si las vacas son las madres de los indios, también son las suegras...

India - Jaipur

En Jaipur hay aceras; estrechas y en parte invadidas por los artículos de las tiendas, pero las hay, que es mucho más de los que se puede decir de otras ciudades que he visitado.

India - Jaipur
Puesto de collares de flores

India - Jaipur
Vendedor de especias
En India también hay multitud de puestos ambulantes. Los hay de flores, en los que confeccionan collares llenos de colorido. Los hay de especias, con sus penetrantes olores.  Los hay de polvos de colores, que no sé para que se utilizan, salvo para la fiesta en la que se los lanzan unos a otros y puedes reirte cuando a alguien le entran en los ojos. Hay puestos de alimentos varios, que el turista procurará ni oler si quiere evitar una diarrea crónica. Hay peluquerías, donde te cortan el pelo mientras te llenas del polvo que levantan los coches y te atufas con la contaminación. En fin, cualquier cosa es susceptible de venderse siempre que se encuentre comprador. Solo me ha faltado ver algún dentista callejero, donde puedes escoger el diente que quieres que te pongan y que pertenecía a algún difunto que ya no lo necesita.

India - Jaipur
Vendedores de llaves y paraguas
India - Jaipur
El centro de Jaipur está protegido por una muralla en la que se abren siete puertas.


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