Tumba de Ciro en Pasargada |
Nacido en el s. VI a.C., Ciro unificó a medos y persas, y comenzó una política de expansión, convirtiendo un reino en todo un imperio. Según cuenta Herodoto, el oráculo de Delfos dijo a Creso, rey de Lidia, que dejaría de ser rey cuando un mulo le arrebatara el trono. Creso confiado en que eso sería imposible, atacó a los persas para extender su reino... el mulo no era otro que Ciro, hijo de un rey persa y una princesa meda, el cual le derrotó y se hizo con todas sus riquezas.
Ciro comenzó con eficiencia la organización de su imperio, y estableció su corte en Pasargada (no muy lejos de Persépolis). Sin embargo, apenas quedan restos de su palacio en este lugar. Lo más famoso es su tumba.
Naqsh-e-Rostam |
Naqsh-e-Rostam - A tres kilómetros de
Persépolis se encuentra está localidad. Aquí comenzaron a enterrarse los reyes persas una vez que adoptaron el zoroastrismo como religión oficial. Se encuentran las tumbas de Dario I y II, Jerjes y Artajerjes I. Su forma de cruz no tiene nada
que ver con la religión cristiana, sino con los cuatro puntos cardinales.
En occidente, a estos reyes se les conoce más por sus derrotas que por sus victorias o su capacidad de administración, ya que las referencias sobre ellos nos han llegado a través de los griegos.
Tumba de Dario I, vencido en la batalla de Maratón.
Tumba de Jerjes, "vencedor" de Las Termópilas y vencido en las batallas de Salamina y Platea