RUSSAFA -
Era una antigua ciudad amurallada a las puertas del desierto. El emperador
romano Diocleciano estableció una fortaleza como parte de la línea defensiva
contra los persas. Fue abandonada en el siglo XIII tras la invasión de los
mongoles.
Aunque hoy día la arena del desierto está incrustada en los muros, estos están hechos de piedra caliza con cristales de yeso, lo que, en su día, los hacía brillar al sol como espejos.
Aquí vemos el abandono del yacimiento, que solo está excavado en una pequeña parte.
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