Trípoli, capital de Libia y una de las tres
ciudades de la Tripolitania romana (parte occidental de la costa de Libia) cuando se llamaba Oea, es una ciudad en
pleno crecimiento. Es verdaderamente una capital “en vías de desarrollo”, ya
que a pesar de estar en plena expansión, da una divertida sensación de caos urbanístico (divertida para no vivir allí, claro): conjuntos de urbanizaciones nuevas
carentes de infraestructura viaria, grandes y moderadamente modernos edificios
aislados, un denso tráfico por zonas y áreas históricas en semiruina.
En 2009 era inevitable encontrar carteles de Gadafi por
todas partes, principalmente en las cercanías de edificios públicos y en la
entrada de las ciudades. Este estaba (supongo que lo habrán quitado a tiros) en el aeropuerto. Por cierto, sobre los
aeropuertos hay mucho que contar, y no bueno. Solo hay 3 de uso comercial en
toda Libia, un país con el triple de tamaño que España; son pequeños e
incómodos porque están previstos para un tránsito escaso, no tienen servicio de
megafonía y la información, cuando la dan, se realiza con una persona
gritándola; los vuelos internos se retrasan sistemáticamente 2 horas y, si uno
tiene suerte, no se cancela por motivos climatológicos, ya que al carecer de
sistemas modernos de aterrizaje, una tormenta de arena puede hacer que este sea
imposible en el lugar de destino. En un país que carece de servicio
ferroviario, la única opción consiste en montarse en un autobús para recorrer
varios cientos de kilómetros. Las carreteras de la costa están en buen estado,
y dispone de autovías bastante decentes; sin embargo no puede decirse lo mismo
del interior (más del 90% del país), donde la mayoría son estrechas y con
numerosos baches, aunque parece que poco a poco las están mejorando. Para la
velocidad de los desplazamientos no ayudan la cantidad de controles policiales
existentes. Por si fuera poco, al anochecer está prohibido desplazar turistas entre
poblaciones.
La Plaza Verde es la principal plaza de Trípoli. Su nombre no es
por las palmeras, sino por la bandera de Libia, que es verde. Es donde se
realizaban los discursos de Gadafi. La enorme cantidad de coches aparcados le
quita cualquier encanto que pudiera tener.
Mezquita Karamanli |
Algunas vistas de la antigua Medina
Trípoli nació a
orillas del mar, por lo que su medina está junto al puerto. Aquí convivieron árabes,
bereberes, judíos, turcos e italianos. Hoy se encuentra bastante degradada, con
calles sin encerar ni asfaltar, edificios ruinosos y sensación de dejadez en su
mayor parte. Sin embargo, sigue mereciendo la pena visitarla, ya que se siente el ambiente de una medina tradicional.
No, no es la Semana Santa de España. Esta foto es para
ilustrar la situación femenina en Libia. Creo que sobran los comentarios.
Estas cajas las compran los novios, las llenan de
regalos y las llevan a la casa de la novia, donde se enseñarán con orgullo a los
invitados de la boda.
Joyas para las bodas. Es una lástima porque en la
foto no se aprecia la finura del trabajo. Son verdaderas obras de artesanía, aunque demasiado vistosas para los occidentales.
Interior de la mezquita Gurgi en la Medina |
Este arco, erigido en honor del emperador romano Marco Aurelio, es lo único que queda de la antigua Oea |
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