Viaje a Japón 2008 - curiosidades

Algunas curiosidades de Japón
Una costumbre japonesa muy curiosa es la de poner en los escaparates de los restaurantes una reproducción de los platos de comida que puedes degustar. No se en que material están hechos, pero parecen totalmente reales. En el cartelito que acompaña cada plato, indica no solamente el nombre y el precio, sino datos como las calorías y los ingredientes.

 Estos retretes son otra muestra del sibaritismo japonés. Te limpian con un chorro de agua, te secan con una corriente de aire...

Existen numerosas compañías de taxis, por lo que los vehículos no llevan un color distintivo. Los taxistas llevan guantes blancos y las puertas se abren y cierran automáticamente para que el pasajero no tenga que tocarlas.

Al igual que pasa en China, el cultivo tradicional de Japón es el arroz. A muchos colegios les hacen excursiones para que conozcan los cultivos, y hay concursos de trasplantar las matas de arroz a los que se apuntan gente de todas las edades. Estas dos chicas van vestidas para ello.

El pachinko es un juego muy popular en Japón. Es una especie de pin-ball que alguien inventó tras la 2ª Guerra Mundial aprovechando el excedente de acero procedente de la gran cantidad de munición sobrante.

El pachinko consiste en que el jugador debe comprar una gran cantidad de bolitas de acero (las contienen esas cajas rojas en el suelo) y luego insertarlas en la máquina. En el centro de la máquina hay una especie de regulador que, al tirar las bolitas, gira haciendo que éstas salgan lanzadas hacia abajo, donde la mayoría cae al fondo de la máquina sin proporcionar premio, y muy pocas realmente caen en unas especies de pequeñas puertas que bonifican ganando más bolas. Luego las bolitas se cambian por premios o dinero. El ruido en estos lugares es ensordecedor, ya que al ruido de las bolas se suma música a bastante volumen.

El tanuki es un animal parecido al mapache (aunque es un cánido) típico de Japón. Hay muchos cuentos y leyendas relativos a él. Se le suele representar con una botella de sake en una "mano" y un libro en la otra, ya que, según el folklore local, el tanuki puede adoptar múltiples formas y hablar como los humanos.