El santuario Meiji puede considerarse como la "catedral" de Tokyo, ya que se trata de un santuario sintoista, que es la religión original de Japón y oficial del emperador.
Cuando una empresa va a realizar algún acto importante (en este caso se trataba de la empresa que gestiona el metro de Tokyo, ya que al día siguiente se inauguraba una nueva línea), suele organizar en este santuario un acto religioso. El acto es en sí muy sencillo, ya que se trata de presentarse ante los dioses y pedirles buena suerte; pero se rodea de un curioso protocolo.
Entrada al santuario ubicado en un gran parque |
Un monje golpea varias veces un tambor para avisar del comienzo del ritual |
Otro monje llega para recibir a los suplicantes
Se agita una vara con papelitos, que por lo visto da buena suerte y purifica
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