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viernes, 1 de marzo de 2013

Viaje a Irán 2009 - Yazd


Yazd

Al sur de la llanura central iraní, la ciudad de Yazd se sitúa en un oasis en la confluencia de los desiertos de Kavir y Lut. Con al menos 3.000 años de historia, fue un importante centro de la religión de Zoroastro, incluso tras la conquista musulmana. Marco Polo la describió como una noble ciudad que comerciaba principalmente con un tipo de seda.
Vista de Yazd (escaneada de una postal)


Plaza Amir Chakhmaq

Fachada principal de la Mezquita de los viernes de Yazd. La mezquita de los viernes sería como la catedral de la ciudad.

















Patio de una casa de gente pudiente. Actualmente reconvertida en museo del agua. Hay que aclarar que aunque Irán es un país bastante árido, no carece de agua. Más del 60 % del territorio es montañoso, y estas montañas (los montes Zagros) son tremendamente altas y escarpadas, y disponen de nieve durante gran parte del año. Los iraníes utilizaron desde antiguo, un sistema de acueductos subterráneos para hacer llegar el agua de las montañas a las poblaciones.



Este tipo de torre puede verse por todo el casco antiguo de Yazd. Servían como sistema de “aire acondicionado”. Cada casa poseía alguna para que provocara corrientes de aire fresco a través de las habitaciones. El flujo de aire se controla con unas maderas, pudiéndolas cerrar completamente en invierno.












Templo del fuego
Desde muy antiguo, esta ciudad fue un centro dedicado a la religión de Zoroastro. Como todavía tiene fieles, siguen existiendo templos, de los cuales este es un ejemplo moderno. En su interior se guarda el fuego que representa al dios AhuraMazda, y que tiene unos vigilantes cuya misión es impedir que se apague. Este fuego se alimenta con maderas que queman lentamente (creo recordar que eran de cerezo y almendro).

Torre del silencio

Los ritos fúnebres de la religión de Zoroastro se practicaban en las llamadas Torres del Silencio. Estas consistían en dos edificios. Un edificio (o conjunto de ellos) en la llanura, donde se limpiaba y velaba al muerto (en primer plano en la foto superior), y un segundo edificio en lo alto de la montaña (esa especie de torre al fondo) donde se dejaba al difunto para que se lo comieran los buitres y los cuervos (de esa manera las aves se llevaban su alma al cielo). Una vez que los huesos quedaban limpios, se recogían y se enterraban. En la foto inferior puede verse el interior de esta torre. El muro que la rodea es realmente para que los huesos no se desperdigaran demasiado. Esta práctica se prohibió hacia los años sesenta por motivos de higiene, aunque se sigue practicando en Pakistán.

Torre del silencio

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